Los tres canteros y el profesor

 canteros

Mientras conducía iba meditando sobre las dificultades para motivar a sus alumnos.

Se detuvo en el arcén. A lo lejos, la montaña ofrecía su piedra para ser labrada. Más cerca, un grupo de trabajadores se afanaba en los fragmentos de roca extraída.

—Tal vez aprenda algo para compartir con los chicos en clase -pensó-.

—¡Buenos días! ¿Cuál es su trabajo?, preguntó al primer cantero.

—Ya lo ve —dijo acremente el buen hombre—. Me dejo la salud aquí, de sol a sol.

Preguntó lo mismo a un segundo trabajador.

—¿Ve? Estoy dando forma a este sillar —respondió sencillamente.

Antes de regresar al coche, persuadido de que no iba a aprender nada allí, vio un rostro bañado en sudor enmarcando dos ojos brillantes.

—¡Hola!, soy Alberto, Alberto de María —dijo por toda pregunta el profesor.

—Soy Pedro, Pedro Jonás. ¡Y estoy construyendo una catedral!

Siguieron hablando, pero la clase magistral había terminado. Los tres canteros realizaban el mismo trabajo.

Había aprendido que su labor no era limar defectos en sus alumnos, sino ayudar a cada uno a construir la obra de arte de su propia vida.

scrivivente firma def

Categorías: Etiquetas: , , , ,