Al rescate de los fideos

Percusión de las cucharas en la loza.
Los platos de sopa van quedando vacíos.
Aguarda la ensalada, paciente,
al último “¿terminas ya, hijo mío?”

En unos y otros cuencos permanecen
islotes de fideos complicados.
Han caído en la frontera
entre el llano y la cuesta.
No es fácil rescatarlos, son delgados.

Dejar el plato limpio, ¿sabes, hijo?,
no es fino.
Dejarse siempre un “poco” es delicado.

Pero el niño está en lo suyo:
“Dios nos cuida, mamá, me has enseñado.
Para Él nada es pequeño.
Dios ama estos fideos, cada uno”.

La loza está en silencio, todos piensan.
En ojos de mamá titila el sueño
cumplido y trabajado:
lección de vida inmensa,
pequeña y aprendida.

Percusión de las cucharas en la loza,
pero es música distinta, tiene Dueño.
Al rescate de fideos bienamados
van los niños, mamá goza.

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